sábado, 4 de diciembre de 2010

Bunker Hill

Hola. Vengo a continuar lo que un día dejé con final cerrado pero que en realidad estaba muy inconcluso.

Cuento: La hija de puta de la Cigarra y sus amigos Parte II - El desmejoramiento y desgaste de la relación.


Eran tiempos difíciles en la aldéa donde residían la Cigarra hija de puta y sus amigos, que ahora pasarían a ser ex amigos por desición unánime del jurado y el voto secreto del señor Anibal Pachano. La partida de la Cigarra a otras tierras había provocado el alejamiento casi definitivo de sus amigos. Cuestión que los amigos seguían en la misma. Todavía reinaba y quedaba esa chispa de diversión entre ellos pero la Cigarra siempre tan altanera se creía superior. Sus problemas eran definitivamente incomparables e infantiles, a tal punto que en varias ocasiones estuvo a punto de ahogarse en un charquito provocado por unas 3 gotas de lluvia. Estando en otras tierras, la Cigarra se comunicaba con algunos de sus amigos para contarles qué era de su vida, siempre dejandolos con la boca abierta cuando contaba sus nuevas experiencias. Mientras tanto en la aldéa, los superamigos seguían juntándose y quizás planeaban una bienvenida para la vuelta de la Cigarra, pero todo quedé deshecho. En un mes muy frío, la Cigarra vuelve y genera cierto revuelo en la aldéa de los superamigos ya que volverían a verla después de mucho tiempo. Llega el día y todos muy alborotados se disponen a verla llegar y reintegrarse al grupo, pero fue una utopía y constituyó el fracaso más grande de la historia de la amistad de los superamigos. La Cigarra le puso menos onda que un renglón a la juntada y parecía estar ahí de compromiso e incluso se atrevió a acusar de "faltos de emoción" a aquellos que no salieron corriendo a abrazarla cuando la vieron aparecer. De allí en más pasaría el resto de los días junto a sus otras dos amigas que no bancaban tanto como los superamigos, entre esas dos amigas se encontraba la Sátrapa Avícola y la otra que le traería más dolores de cabeza que alegrías. Sin embargo, y vale aclarar la constancia, los superamigos estuvieron 100% dispuestos a bancar a full a la Cigarra hija de puta pero siempre obteniendo como resultado el rechazo contundente de ésta. La cosa se puso fea cuando los superamigos la invitaban a salir y la Cigarra aseguraba tener que festejar el cumpleaños de sus cigarrofamiliares y se la encontraba en el boliche más careta de la aldéa danzando con Sátrapa Avícola y el otro insecto. Muchas mentiras y desengaños. Pero luego sucedió lo inesperado... Uno de los superamigos le mandó una carta por Correo Aldeino que por supuesto recibió la Cigarra y en el mensaje se planteaba el "¿Qué pasó aquí?" que se había hecho esperar por meses. La Cigarra ocupada vendiendo cigarrojoyas pudo escapar de la respuesta instantanea y prometió aclarar todo.


Por ende habrá Parte III de esta casi apasionante historia.